El éxito de su hermano pequeño, el HTC Desire, que se convirtió en el modelo más vendido de la compañía taiwanesa en 2010, precede al nuevo HTC Desire S a la venta desde esta semana en el mercado español.
Más fino, más resistente y más atractivo. Por fuera, las diferencias con su antecesor son visibles pero, ¿y por dentro?.
El nuevo HTC Desire S llega a España en un momento delicado, pues los nuevos terminales de doble nucleo pretenden arrebatar el protagonismo a los ya casi anticuados smartphones con un procesador. Precisamente, la propia HTC ha lanzado su teléfono de doble núcleo, el HTC Sensation, donde la máxima velocidad es la característica principal. Mientas llega a nuestras manos, disfrutamos con la versión renovada del Desire.
Un único bloque de aluminio confiere al teléfono mayor resistencia y ligereza pese a que su pantalla sigue manteniendo las 3,7 pulgadas de la anterior versión, un tamaño perfecto para facilitar la navegación.
Precisamente si de algo se puede calificar al HTC Desire S es de fácil e intuitivo gracias a sus teclas de navegación que sustituyen a los botones físicos y al trackball del Desire anterior.
Una nueva cámara frontal para videoconferencias y la posibilidad de grabar vídeo en alta calidad completan un terminal que funciona con Android Gingerbread 2.3 y por tanto Google como principal compañero.
El procesador interno del Desire S es un Qualcomm Snapdragon MSM8255 de 1GHz de velocidad, con 768 MB de RAM y una batería de 1.450 mAh. Su memoria interna es de 1.1GB con posibilidad de aumentarla gracias a una ranura para tarjetas microSD de hasta 32GB.
El HTC Desire S está ya a la venta en España a un precio libre de 499 euros.
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