Desde 2007, la compañía logró imponer a su teléfono como el smartphone más moderno y al que el resto de los fabricantes debían imitar. De hecho, Samsung está acusado de copiar desde el diseño hasta la experiencia de usuario, especialmente en sus modelos Galaxy S y Galaxy SII.
Sin embargo, el mayor peligro de Apple no son sus competidores sino la falta de innovación de la compañía.
Ya pasaron seis años desde que Steve Jobs se subió al escenario en una conferencia para desarrolladores para mostrarle al mundo el celular más avanzado y el que generó un cambio radical en la forma en la que nos comunicamos e interactuamos con estos equipos.
Hoy Apple se parece más a Nokia o a Motorola que a la propia Apple. Los mismos ringtones, wallpapers e íconos de 2007. La misma interfaz y apariencia.
Del iPhone 4 al iPhone 4S, ni siquiera hubo un mínimo cambio de estética exterior. Y, lo que muestran las imágenes que se filtraron en la web, el iPhone 5 no parece tener un diseño evolutivo demasiado grande.
Y en las pruebas que logramos hacer de iOS 6, no hay más que sólo mejoras, pero nada que nos haga asombrar.
Desde luego, sigo pensando que el iPhone es uno de los teléfonos más lindos y elegantes del mercado, al que muy pocos pueden hacerle competencia. (Quizás el Nokia N9/Lumia 800/900).
Pero el problema sigue estando en el interior. Muchas veces se dicen que las personas no son imprescindibles. Pero cada tanto, una persona marca la diferencia y se vuelve irremplazable. Y, casualidad o no, desde la partida de Steve Jobs, a Apple le falta ese "one more thing" que todos esperamos.
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