El Mobile World Congress
está dejando de todo, pero una de las principales novedades ha sido la
presentación de la nueva estrategia del fabricante finlandés. Nokia hace
tiempo que dejó de emplear su propio sistema y adoptó Windows Phone de Microsoft, que sin embargo no les ha reportado los beneficios que esperaban.
La clave, entienden los analistas de Nokia, reside en el precio de los
dispositivos, hasta ahora demasiado elevados. Por ello, la trasnacional
ha apostado por reducir el precio de los smartphones y ampliar por lo tanto el mercado.
Así, la multinacional ha presentado en Barcelona su nuevo modelo smartphone: Lumia 610 que oscila los 189 euros
y saldrá a la venta el próximo trimestre con una cámara de ocho
megapíxeles y una pantalla de 3,5". El dispositivo se presenta como la
mejor alternativa a los exageradamente caros smartphones.
También ha presentado dentro de la "alta gama" una versión global de Lumia 900, y el Nokia 808 Pure View que cuenta como gran atractivo un sensor de cámara de 41 megapixeles, pantalla de 4" y Symbian.
Pese a la grata sorpresa de Nokia, los especialistas del sector
entienden que aunque pueden ser unos dignos competidores aún les queda
superar algunas barreras para igualar las ventas de hace unos años. El
ecosistema de las telecomunicaciones ha cambiado y Microsoft poco a poco
tendrá que recuperar el hueco que ha ido perdiendo.
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