Una bomba de relojería en el bolsillo. Es en lo que se han convertido
los smartphones según especialistas y firmas de seguridad reunidos por
primera vez en la feria de Barcelona para analizar los peligros del
móvil como nueva fuente de estafas y ataques. Y su conclusión parece
unánime: Android es un auténtico coladero de seguridad.
“No es
que Android sea peor tecnológicamente, es simplemente un problema de
dejadez por parte de Google. No ha puesto las medidas de protección
necesarias y encima tiene la mayor cuota de mercado. La amenaza es seria
y real”, explica Rick Ferguson, director de investigación de Trend
Micro, quien apunta además que el malware en móviles ha crecido en un
1.400% en los últimos meses y podría llegar a 130.000 códigos maliciosos
a finales de 2012.
El último caso ha ocurrido justo esta semana
en Francia, donde la policía ha arrestado a dos sospechosos de haber
infectado 2.000 móviles Android con el troyano Foncy. El programa
enviaba SMS sin la autorización del usuario, una técnica con la que los
delincuentes se han embolsado más de 100.000 euros.
“La gente ya
sabe que no puede tener un PC sin protección pero esa convicción no ha
llegado al móvil. Y el peligro es el mismo, casi no hay diferencia entre
un ordenador y un smartphone. Es más, en un futuro no habrá ordenadores
en el hogar, solo tabletas y móviles. Android será el principal foco de
ataque en el hogar, Windows lo seguirá siendo en la empresa”, dice el
ruso Eugene Kaspersky, fundador de Kaspersky Labs.
Entre 2005 y
2010 se detectaron en el mundo menos de 1.200 ataques de malware en el
móvil, pero ahora esa cifra se supera con creces en un mes. “Es un
crecimiento exponencial”, dice Kaspersky. Según esta firma, el 75% de
los virus en smartphones se descubren en equipos Android. Luego viene
Symbian y Windows Phone. iOS casi no aparece en el mapa, pese a tener
una cuota de mercado un poco por debajo de Android.
Entre las
amenazas hay para escoger. Es posible infiltrar móviles para crear un
botnet y lanzar ataques de denegación de servicio (DDoS) que derriben
webs. Las aplicaciones son el otro gran foco. Basta esconder un virus en
un juego o en un programa de productividad para infiltrar el móvil al
descargarla. Una vez dentro, el troyano puede desviar transacciones de
banca móvil, hacerse con toda la información alojada en el equipo
(correos, contactos, fotos) o enviar SMS a números premium sin
conocimiento del dueño.
Se calcula que un cibercriminal puede
ganar entre 1.500 y 4.000 euros al día comprometiendo móviles. En Rusia
lograron amasar recientemente más de un millón de dólares en una estafa
por SMS con el troyano Alphawap. Cifras alarmantes, lo cual desemboca en
el eterno debate: si el problema es tan grave, ¿por qué las firmas de
seguridad aún apenas generan negocio de vender software de seguridad en
el móvil? ¿Es una amenaza real o inflada por los intereses del sector?
Chris
DiBona, jefe de programas de software libre de Google, lo tiene claro:
“Las empresas de seguridad intentan meter miedo a la gente para
venderles protección en Android, RIM o iOS. Son unos charlatanes y unos
estafadores, deberían estar avergonzados de sí mismos”, escribió
recientemente en su cuenta de Google+.
Ferguson, de Trend Micro,
se ajusta la melena, se rasca los tatuajes y echa una carcajada. “Google
es quien debería avergonzarse. La prueba de que Android no es seguro es
Bouncer, su nuevo sistema para controlar las aplicaciones. Ni siquiera
funciona bien”, dice.
Es cierto. Yago Jesús, especialista en
seguridad, desarrolló la semana pasada en unas horas un sencillo
programa con fotos eróticas, le infiltró un troyano, lo colgó en el
Android Market y, sorpresa, se publicó sin problemas. “Si te lo
descargabas, el móvil quedaba por completo a nuestra merced. Podíamos
acceder a todo el contenido o incluso grabar remotamente tus
conversaciones sin que te enteraras”, dice Yago Jesús. Google tardó casi
24 horas en retirarlo. “Eso en iOS es más difícil que ocurra, es un
entorno muy cerrado. Android es todo lo contrario”.
El uso de las
redes sociales sobre la marcha, de servicios de mensajería como
WhatsApp, que procesa 2.000 millones de mensajes al día, o de sistemas
de pago como Google Wallet, convierte el móvil en un jugoso blanco de
ataques. Nigel Stanley, analista de seguridad de Bloor Research cree que
el problema es gigantesco. “El interés que está surgiendo entre la
comunidad de hackers por comprometer móviles es preocupante”, dice.
Cesare
Garlati, directivo de Trend Micro, señala además que las amenazas en el
móvil afectarán muy pronto a las empresas. Un incentivo más para los
cibercriminales. “Si la información confidencial en móviles y tabletas
queda comprometida, las compañías podrían perder millones. Y ya está
ocurriendo”, apunta.
Yago Jesús duda que las firmas de seguridad
puedan contener el problema, al menos de momento. “Es como si pones a un
carpintero a fundir cristal, no tienen experiencia en movilidad, los
criminales van por delante”, asegura. Garlati agita nervioso los brazos,
a la italiana. “Tonterías, contamos ya con muchos expertos y ficharemos
más. Estamos ganando la guerra en el PC, ganaremos la del móvil”.
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