El móvil es, actualmente, el principal aliado en las comunicaciones interpersonales. Labatería de nuestro teléfono personal marca la duración de las interacciones a través de los dispositivos móviles. Estos aparatos, que se han convertido en indispensables, hacen que vivamos pendiente de la batería.
La llegada de los smartphones ha supuesto una revolución en las comunicacionesque se hacían a través de móvil. Ya no hablamos o mandamos mensajes de texto, todo ello se ha convertido en gratuito a través de aplicaciones que nos permiten hacerlo de forma gratuita por un coste muy reducido, que se paga al bajar la aplicación.
Hay aplicaciones para todos los gustos, de finanzas, juegos o deportivas entre otras. Todas ellas contribuyen a hacernos la vida más fácil, a darnos lo que buscamos con un simple movimiento de dedos o a entretenernos en los tiempos de espera, pero no todas las aplicaciones son iguales.
Un estudio realizado por la Universidad de Pardue y Microsoft ha determinado que las aplicaciones gratuitas consumen un porcentaje mayor de batería que las gratuitas.
Los investigadores, a través de la herramienta Eproof, analizaron 6 de las 10 aplicacionesmás descargadas, que incluyen desde redes sociales hasta juegos o mapas, y observaron su comportamiento en smartphones.
La conclusión más importante fue que, aproximadamente un tercio de la energía que consumen estas aplicaciones es debido a los diferentes banners publicitarios que contienen esas aplicaciones gratuitas. Es decir, si queremos jugar al afamado Angry Birds en su versión gratuita, solamente el 25% de la batería que consumamos irá destinada a la ejecución de la aplicación.
Pero no todo es publicidad predeterminada por el juego, sino que cambia en función de el perfil del consumidor. La aplicación tiene la capacidad de buscar la localización de el propietario para ofrecerle una publicidad que encaje con su lugar geográfico y el perfil consumista que en ese lugar predomina.
Según los investigadores del estudio, en 2015 los ingresos por aplicaciones se cifran en torno a 35.000 millones de dólares, esto viene determinado por la popularidad creciente de los smartphones y su más que seguro aumento de ventas en los próximos años.
Con este estudio, se ratifica el dicho de que nada es más barato como parece, todo es negocio. A cambio de aguantar más publicidad, nuestra batería durará menos y esto hará que la tengamos que cargar con mñas frecuencia con el paso del tiempo, lo que se traduce en un smartphone nuevo al cabo de 2 o 3 años, un candidato más al negocio del siglo.
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